Tarzán (Alexander Skarsgård) lleva años ya viviendo como John Clayton III, Lord Greystoke; es un joven burgués casado con la bella Jane (Margot Robbie). Pero ésta relajada vida se ve un día truncada cuando sus servicios son requeridos en el Parlamento como representante comercial en el Congo, todo ello a través de un maquiavélico plan ideado por el capitán belga Leon Rom (Christoph Waltz) quien pretende enriquecerse desmedidamente a costa de Tarzan (sin su conocimiento ni planes claro).
Esta nueva aventura del personaje ficticio creado por Edgar Rice Burroughs cuya primera aparición surgió en la revista pulp All Story Magazine en 1912, hace mas o menos un siglo, no tiene demasiado que ver con aquellas aventuras. La nueva entrega está dirigida por David Yates y escrita por un equipo de varios guionistas, no sé si por este motivo o por otro pero el caso es que la trama es algo liosa.
De momento la historia comienza con un Tarzán ya burgues y acomodado, con lo que mientras vuelve al Congo se tiene que hacer uso del Flash back para explicar un poco algunas mínimas conexiones del personaje con su habitat natural y su infancia, así como la relación con algunas personas y animales.
Aproximadamente tenemos una hora, antes de que tengamos a Tarzán en su salsa, es decir saltando entre árboles o hablando con los gorilas, etc. Antes nos habremos pasado esa hora, de charla política y otros devaneos, que sin estar mal, no son los típicos de una peli de éste clásico.
En definitiva, una cinta con sus momentos de intriga, su tiempo de persecuciones selváticas gritos tarzanescos incluídos, con unos efectos especiales fantásticos y sus momentos románticos e intimistas, vamos estupendo para tomar un buen pack de palomitas con un buen refresco aguado en hielo, pero eso si, no espereís la clásica cinta de Tarzán con Chita, porque eso me temo que es cosa del siglo pasado.
Nota 5.8
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