Heidi (Anuk Steffe) es una niña huérfana, criada con su tía Dete (Anna Schinz), que a los 5 años deja con su abuelo (Bruno Ganz) en los Alpes Suizos donde será feliz una temporada junta a Pedro el cabrero (Quirin Agrippi), allí en la montaña se sentirá feliz. Un día su tía vuelve para llevarla a la ciudad de Frankfurt para que estudie y cuidar de Klara (Isabelle Ottmann), una niña inválida de familia adinerada, Heidi se hará gran amiga de Klara pero no se sentirá feliz como en los Alpes...
Alain Gsponer responsable de esta entrega cinematográfica convierte en carne y hueso al mítico personaje de nuestra infancia (al menos, al mío), que tantas sesiones de tarde nos hizo pasar intermináblemente por la televisión hace ya...unos años. El guión de Petra Biondina Volpe está basado en la novela de Johanna Spyri y no dista tampoco mucho de los dibujos animados japonesa que vimos en 1974.
Cierto que Heidi ha sido llevada a la gran pantalla mucho antes y en carne y hueso, así tenemos una versión de 1937 con la archifamosa Shirley Temple como Heidi, pero creo que esta versión actual es sin duda mucho mas cuidadosa y elaborada. También hay series de animación del famoso personaje, que yo sepa uno en francés, pero no tienen nada que ver con la calidad de los nipones.
Volviendo a la cinta germana, diremos pues, que se trata de un trabajo concienzudo (como cabía esperar) y en el que la narración fluye de manera esplendida. La fotografía de Matthias Fleischer es esplendida, así como otros apartados técnicos en los que prefiero no extenderme.
Los actores están bien, evidentemente uno piensa que se va a encontrar a la caricatura de Heidi con la boca continuamente abierta, jeje, bueno eso es imposible, pero Anuk Steffe (Heidi) cumple con su papel, así como Quirin Agrippi (pedro), los personajes son emocionalmente algo discretos pero me gustan, quizás están mejor así que sin escurriéndose en lo baboso.
Una buena película que hace regresar a alguno 40 años atras.
Nota 7
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