8/23/2016

Scarface



Para ésta vuelta de vacaciones os propongo ver una obra maestra del cine negro de los años 30, un clásico de las pelis de gánsters que ha servido de base a cientos de pelis posteriores e incluso a un remake del gran  Brian de Palma producido en 1983.

El argumento según cuenta la wikipedia, que lo hace bastante bien, es el siguiente:  Tony Camonte (Paul Muni), un pistolero italiano, ignorante y sin escrúpulos, es el lugarteniente de Johnny Lovo (Osgood Perkins), el hampón más poderoso del South End de Chicago. Ambicioso y cruel, camonte, que por una cicatriz que le cruza el rostro recibe el apelativo de Scarface (cara cortada), elimina poco a poco a los rivales de Lovo hasta que, con la ayuda de su amigo Guino Rinaldo (George Raft), le arrebata también el poder y se convierte en el amo de la ciudad. Tras un mes de vacaciones en Florida descubre que su hermana Cesca (Ann Dvorak), por la que siente un amor confuso y arrebatado, es la amante de Guino. Tony acaba con Guino antes de que su hermana pueda decirle que ya se habían casado; después de esto la policía busca a Tony por el asesinato de Guino Rinaldo. Camonte se atrinchera en su mansión junto con su hermana.



La cinta dirigida y producida por Howard Hawks con guión de Ben Hecht, música de Adolph Tandler y Gus Arnheim y fotografía de Lee Garmes y L. William O'Connell (B&W); es una autentica joyita tanto en la elaboración y narración. 

La película comienza con un mensaje dirigido a los malos, pero también al gobierno, la gente que trabaja para controlar el crimen organizado y al público en general, haciendo responsables no solo a quienes disparan sino a los que permiten en cierta forma todo el "tinglado"



Los personajes, basados en hechos reales, son espectaculares, duros como ellos solos, sin piedad; las chicas son rubias platino a pesar del blanco y negro de la pantalla y tremendamente sofisticadas; los polis también se las saben todas y son la contrapartida de los malos y en un momento dado todo comienza a oler a pólvora con el sonido de las metralletas de tambor que no dejan un alma en pie, solo parece volver la calma con un trago de cerveza ilegal...

Y así transcurre esta hora y media de una apasionante entraga de cine negro que no deja indiferente al mas duro del barrio; apuesto todas mis cartas a que no verás una peli igual estos días en la cartelera.

Nota 8,8

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