Calvary

James Lavelle (Brendan Gleeson) es el cura de un pequeño pueblo, un domingo recibe en confesión a un hombre que le amenaza de muerte y le da de plazo una semana, en ese plazo tendrá que seguir con su vida habitual de ayudar y convivir con unos feligreses de lo mas curiosos, mientras en su mente piensa en la amenaza de un perturbado al que no sabe si darle o no credibilidad... 

Esta película dirigida de forma meticulosa por John Michael McDonagh, con guión del propio director, comienza ya de por sí de una manera impactante, que nos deja bien atados a la butaca, lo que se dice un buen comienzo. Luego a lo largo de los siete días en que se estructura la cinta nos va mostrando los personajes que evidentemente, para regocijo del espectador, son de lo mas variopinto y nada convencionales.

Desde Simon (Isaach de Bankolé), un amante de color que usa técnicas sadomasoquistas; Michael Fitzgerald (Dylan Moran) el rico del pueblo que vive solitario y sin saber que hacer con su vida, El escritor (M. Emmet Walsh) un amigo del cura mas cerca de la muerte que otra cosa... Pero no voy a contar toda la película evidentemente, habría cosas que perderían su gracia. 

Es interesante ver el buen gusto a los paisajes que tiene el director, me recuerda a J. Ford, claro que Michael McDonagh es inglés, jeje,una broma. La fotografía es de Larry Smith. Una película que tiene criticas de todo tipo, puede que el estar esquematizada tan ordenadamente ponga nervioso a la gente y piense en ver cuando se acaba; o que ese tipo de comedia negra no les convezca a algunos. A mí me gustó bastante, es un humor ácido y por momentos una historia dramática sin mas, pero que me enganchó desde el principio hasta el final. 

Nota 7.3