La Dama de Shanghai

A veces hasta los mas duros del barrio caen en manos de las miradas seductoras de las chicas mas provocadoras y es que las "femme fatale" siempre tienen la última palabra; ¿cuántos hombres poderosos se han dejado seducir por una brillante sonrisa o unas curvas de vértigo?,si merece la pena o no es ya cuestión de cada uno, la cosa es qué se da y qué se recibe; y es que parece que todo es negociable, o ¿era amor de lo que se hablaba?...¡que palabra mas usada!

¡Que cosas!... mira que meterme con las chicas y ya he hablado de "chicas malas en otros post", porque en todas partes se cuecen habas jeje, pero hoy toca meterse con ellas, no es nada personal, sólo negocios, que se dice en esto del cine negro eh!, además yo ando en un estado neutro ahora mismo así que no me acoseís,jiji!,simplemente esto es una intro para la peli, “La Dama de Shanghai” de Orson Welles.

La peli, esta basada en una novelilla de novela de Sherwood King, que desarrollo en un magnifico guión Welles y que rodó en 1947. La acción comienza en Central Park donde Michael O'Hara (Welles) se enamora perdidamente de una dama, Elsa Bannister (Rita Hayworth) que pasea casualmente por allí, un día Michael la salva de unos delincuentes y su marido, Arthur (Everett Sloane) en recompensa le ofrece ir en su yate como capitán, sabiendo que éste es marinero. Michael no quiere ir, es un hombre experimentado, que ya estuvo en la Guerra Civil Española y sabe que no debe meterse en un lío de faldas y menos con gente de poder, pero está enamorado. En el yate conocerá a George Grisby (Glenn Anders), socio de Bannister y a Sidney Broome (Corsia), detective privado contratado por Bannister. Navegaran por lugares maravillosos como Acapulco y desembarcaran en Sausalito. Grisby le propone un plan un tanto complejo para que pueda escapar con su “chica” y con 5000 dólares, pero claro esos planes perfectos suelen tener siempre alguna grieta...el final como siempre y mas en estas pelis de cine negro lo dejo sin contar.

Sin duda la película tiene el auténtico toque de Welles con unas tomas muy interesantes desde el suelo; otras en picado o la famosa escena de los espejos, que no desarrollo porque es el final, pero para quien ha visto ya me entiende. El caso es que todo se mueve en un ambiente ciertamente denso, quizás por momentos en exceso, donde todos son como dice el propio personaje de Welles “unos tiburones”, retorcidos y malos bichos desde luego, y allí esta un marinero enamorado en tierra de nadie, que debería haber escapado sabiendo que en esas aguas no debe navegar y que sólo el amor le puede hacer cometer esa estupidez como el mismo dice, quizás un epílogo a su finalizado matrimonio con Rita, compañera en el reparto y ex mujer. En cualquier caso se nota esa magia en la pantalla entre Orson y Rita y aunque ella ya no tiene la melena pelirroja, probablemente cambiada a rubia platino para que la gente no la confundiera con Gilda (o eso podría pensar uno), sigue estando tremendamente atractiva y no sólo para el marinero.

Nota 8.8