Eduardo (Diego Peretti) trabaja eficazmente para una petrolera, es un personaje algo solitario y distante al resto de sus compañeros que parece carente de emociones, un tipo seco. Esta rutina diaria se verá rota al trasladarse por unos días para ver a unos viejos amigos a Ushuaia (en la Patagonia), y así ayudar en unos asuntos del trabajo a su amigo (Alfredo Casero)...
Esta cinta dirigida por Juan Taratuto se desarrolla a un ritmo lento y sinuoso, que nada tiene que ver con la típica comedia urbanita, pero no por ello es igual o más interesante. Es simplemente diferente. Localizada en la fría Patagonia, se nos muestra una historia que va tomando diferentes matices.
Los diferentes tonos de la película se muestran en fases de la película, según se desarrolla, y evidentemente no os lo explico, porque sería tanto como destripar la trama de la historia. Si acaso y como pista, decir que se trata de una cinta con mucha sensibilidad, de lágrima fácil. En la que los personajes van cambiando bastante de personalidad y de manera de pensar entre sí, así como sus sentimientos.
Las actuaciones, en especial la del actor principal Diego Peretti es fantástica, también me gustó bastante la del amigo Alfredo Casero y la mujer, Claudia Fontán. La banda sonora de Iván Wyszogrod también me gustó mucho; en definitiva, que sin ser un pasote, es una película que está bien, y tiene además un metraje bien ajustado (una hora y media)
Nota 6.5
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