Después de haber escapado del laberinto, Thomas (Dylan O'Brien) y el resto de los Clarianos se enfrentan ahora a un nuevo conjunto de desafíos en las carreteras abiertas de un paisaje desolado. Ciertamente quieren saber que se esconde tras la organización CRUEL, esta aventura les lleva a un lugar de lo mas desagradable, Quemadura, donde reina la desesperación la desolación y el caos...
Dirigida por Wes Ball, esta segunda entrega de la trilogía, sin ser especialmente interesante, es esencial para los amantes de la saga para seguir la trama de la misma. Es un claro ejemplo de cine para adolescentes con una temática de cine apocalíptico, lleno de zombiés y paisajes desérticos, todo bastante poco original.
En cualquier caso tampoco creo que sea una película excesivamente mala, tiene un buen ritmo, resulta coherente mas o menos e intercala bien los momentos de tensión con los de suspense o de reflexión. En cuanto a los actores están bastante bien a pesar de su juventud: Dylan O'Brien, Thomas Brodie-Sangster y Rosa Salazar, todos ellos muy bien.
La dirección de arte, los paisajes y la fotografía es también otro punto fuerte de la cinta, se crea un clima de caos estupendo y la verdad es que impresiona.
Así que a pesar de ser un producto claramente dirigido al público adolescente y perder una pizca de fuerza respecto a la primera parte, creo que esta peli se puede ver, desde luego al que le gusto la primera parte, esta también le gustará y al contrario.
Nota 6
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