Thierry (Vincent Lindon) es un cincuentón en paro, que ha realizado absurdos cursillos y esperado en vano para trabajar en su ámbito profesional. Las deudas y familia aprietan y al final acepta un trabajo que nada tiene que ver con su anterior vida laboral y que no le convence demasiado pero "hay que comer y sentirse útil" pero ¿podrá sentirse bien consigo mismo trabajando como agente de seguridad en una gran empresa?...
Esta cinta de carácter social, dirigida por Stéphane Brizé, con guión del propio director y Olivier Gorce me dejo algo frío. Especialmente, porque me encuentro en la situación del personaje (aunque sin las mismas cargas personales ni financieras), así que se supone que debería conectar especialmente con la problemática y sentirme especialmente identificado.
Pero, tengo la sensación de encontrarme con una cinta excesivamente reflexiva o fría. Que sin estar mal, me resulta como digo algo hierática o inexpresiva, no se si intentando huir del sensacionalismo, pero para mi se pasa. Respecto a la actuación de Vincent, está bien con la limitación que acabo de comentar.
La crítica en general la pone bastante bien, una cinta de carácter social al estilo del neorealismo italialiano, reflexiva y seria; puede ser y nada mejor que ir a verla y juzgar por uno mismo, eso si yo entre "Ladrón de bicicletas" y ésta película me temo que tengo discrepancias a la hora de ponerlas al mismo nivel, para mi la cinta de Vittorio de Sica es una obra maestra sin ninguna duda.
Nota 5.8
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