El apartamento

Estaba el miércoles mirando la cantidad de carteles de “se vende piso” y la verdad es que parece que la crisis va para largo, esperemos que me confunda, aunque por los precios que me comentó mi portera que tenían los citados pisos acabaremos viviendo todos debajo de un puente y no creo que aunque tengas dinero en la bolsa se solucionen las cosas. Esto claro me hizo recordar, además de las promesas electorales de todos los partidos políticos, que ahora no voy a recordar, la maravillosa obra maestra de Billy Wilder “El Apartamento”una de las mas maravillosas películas que uno debe ver, con un final como pocos, para no perderse desde luego. Una peli que si bien es ya de los años 60, esta todavía rodada en b/n con una fotografía sensacional (Joseph LaShelle) y una música esplendida (Adolph Deutsch).

La historia es bastante sencilla en principio; se trata de la vida de un soltero de clase media, Calvin Clifford Baxter (Jack Lemmon), que vive en un modesto apartamento y que tiene ciertas ganas de prosperar, con ese deseo comienza a alquilar el pisito a sus jefes para sus aventuras amorosas mientras el tiene que pasar esas horas en la calle con algún pequeño inconveniente de vez en cuando. Es buen trabajador, educado, buena persona, amable con los demás, y en un momento dado conoce a una chica, una ascensorista, Fran Kubelik (Shirley McLaine) con la que comienza a enamorarse. 

En un momento dado su popularidad llega a tal grado que llega a oídos del gran jefe, Jeff D. Sheldrake (Fred MacMurray), quien le llama para ascenderle de puesto de trabajo, no sin antes pedirle como favor el pisito para sus aventuras románticas al margen del su matrimonio. El problema surge cuando la “victima del jefe” Sheldrake, resulta ser la chica de sus sueños.

Todo parece salirle mal a Baxtery por si fuera poco la chica está a punto de suicidarse en su propio apartamento por culpa del jefe. El ingenuo y buen samaritano Baxter cuida de ella y como recompensa es ascendido nuevamente pero la recompensa no es la que esperaba, no parece que el poder o el trabajo sea todo lo que necesita. El final no lo cuento para el que no lo tiene visto, pero es uno de los mejores del cine, sencillo como la vida de Baxter, pero grandioso como Billy Willder.

La verdad es que Jack Lemmon es un actor que en ocasiones sobreactúa o no sé por que me pone nervioso, pero en esta ocasión esta simplemente perfecto, me parece su mejor actuación o de las mejores. Shirley McLaine también esta fantástica, con esa carita angelical que parece no romper un plato, la verdad es que los dos se compenetraron muy bien de hecho luego volvieron a actuar juntos en Irma la dulce con Wilder. Fred MacMurray hace perfectamente su papel de mal esposo. En la peli se cuestiona uno si hace bien Baxter en ceder su apartamento para escalar profesionalmente, no parece ser algo malo ¿no?, claro que cuando le fastidia a él el asunto la cosa no le hace mucha gracia. Hay momentos de gran comicidad como la preparación de la cena con esa manera de colar los espaguetis con la raqueta y otros muy dramáticos quizás la mayoría, y entremedias otros tiernos. En resumen una película redonda

La escena famosa de la oficina (la primera del post), es un homenaje a Lubitsch, si mal no recuerdo salía en la peli “Si yo tuviera un Millón”, creo que la escena nos la comento ya Desconvencida, en un especial de DVDs que tengo de Ernst Lubitsch debería tener la peli y quizás podría sacar el fotograma pero ando perezoso.

Quiero terminar repitiendo que no os perdaís la peli si no la teneís vista y si la habeís visto, verla de nuevo porque es una maravilla poder reírse, llorar y enternecerse con estos actores, la fotografía, los diálogos y con ese final y además que con estos momentos de crisis uno puede llegar al menos a la conclusión de que el dinero no da la salud, ni la felicidad ni el amor (ya, ya se que ayuda un montón, jeje)

Nota 9.5