En los felices años veinte una adinerada amante de la ópera, Marguerite Dumont (Catherine Frot) vive en una mansión cerca de París y hace fiestas de vez en cuando para cantar delante de su círculo de amigos. La cuestión es que Marguerite canta desastrosamente mal pero nadie se atreve a decirle nada. El problema surge cuando unos chicos que se cuelan en una de las fiestas le animan a una representación pública, a partir de aquí se desencadenaran una serie de problemas no previstos ni por ella ni por su marido Georges (André Marcon).
Esta película dirigida por Xavier Giannoli con guión del própio director y Marcia Romano se inspira en parte en Florence Foster Jenkins, dama de la alta sociedad estadounidense de principios del siglo XX; pero digamos que como esta historia se va a llevar al cine por Meryl Streep próximamente, se cambió un poco el ambiente y el guión; y así nos encontramos en la Francia de los años 20.
El relato es pelín exagerado para mi gusto, supongo que será para aclarar lo mal que canta la tal Marguerite, por que es complicado por mucha pasta que tengas hacer fiestas y que no se rían en tu cara si cantas así. En fin, salvando ese punto, la historia tiene su puntito, con los dos amigos modernos revolucionarios y el desenlace es mas o menos previsible, pero evidentemente no lo destaparé.
La ambientación y el clima de la cinta está muy bien logrados, así como las actuaciones, en especial la de Catherine Frot y el pobre marido que aguanta las locuras de marguerite, André Marcon.
Una cinta entretenida pero con algunas exageraciones para mi gusto.
Nota: 6
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